miércoles, 29 de febrero de 2012

La inocencia libera del dolor a la mente



Uno de los factores del dolor es el extraordinario aislamiento del ser humano. Uno puede tener compañeros, puede tener dioses, poseer muchísimos conocimientos, ser extraordinariamente activo en lo social, contar interminables chismes sobre política; no obstante, este aislamiento sigue ahí. Por consiguiente, uno busca encontrarle un significado a la vida, y le inventa un significado, un sentido. Pero el aislamiento aún sigue ahí. Entonces, ¿puede usted mirar el aislamiento sin comparar, verlo simplemente como es, sin tratar de escapar de él, sin intentar disimularlo? Entonces verá que el aislamiento se convierte en algo por completo diferente.
Nosotros no estamos internamente solos. Somos el resultado de un millar de influencias, un millar de condicionamientos, de herencias psicológicas, propaganda, cultura. No estamos solos; por lo tanto, somos seres de segunda mano. Cuando uno está internamente solo, totalmente solo, cuando no pertenece a ninguna familia aunque pueda tener una familia, cuando no pertenece a ninguna nación, a ninguna cultura, a ningún compromiso en particular, existe el sentimiento de ser un extraño, extraño a toda forma de pensamiento, de acción, de familia, de nación. Y únicamente aquel que está absolutamente solo de este modo, es inocente. Esta inocencia es lo que libera del dolor a la mente.



5 de diciembre; Obras Completas de J. Krishnamurti - Vol. XVI